CUANDO EL DOLOR TOCA EL ALMA

Llevábamos algunos días sin vernos, el trabajo y el no vivir en la misma ciudad, conllevaba el tener que dosificarnos en las visitas.

Ayer me llamo, a las cinco podríamos volver a vernos, vendrías a casa.

Son las cuatro, me acabo de duchar y te preparo el café con hielo como a ti te gusta…….., ya son las cinco pasadas, pero aun no llegas.

Tal vez no encuentres plaza de aparcamiento, esta zona esta muy concurrida a estas horas.

Los hielos casi se han deshecho, lo tiro y empiezo a preparar otro, son las cinco y media pasadas.

Suena el teléfono lo cojo……..

Miro el vaso de tu café, tu café preparado, siento el dolor, pero esto es distinto, aun no has llegado, me llamaban desde tu teléfono móvil, tu siempre tan previsor, tu siempre haciendo lo que nunca hacemos los demás, aquello que nos dicen que debemos hacer, tenias mi teléfono como teléfono de urgencias.

Los hielos se han vuelto a deshacer, mi corazón se ha quedado como el hielo, suena el timbre, ya sé que no eres tú, ya sé, que nunca mas volverás a aparecer en el marco de mi puerta, son unos simples hombres de amarillo, los mismo que me llamaron desde tu móvil, viene a recoger los pedazos rotos de tu juguete, vienen a ver si pueden restañar mis heridas, esas heridas que por primera vez, tú no has hecho, esas heridas que te causa la vida y que a ti ya mi amor, no te las puede hacer.

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